El mirador del Picón de Felipe es uno de los tesoros naturales que podemos encontrarnos dentro del Parque Natural de las Arribes del Duero en la provincia de Salamanca. Desde este espectacular mirador encontramos una panorámica inigualable de los cañones del río Duero que separan España de Portugal, un balcón privilegiado no apto si tienes vértigo.

Un lugar así, rodeado de tanta belleza natural no esta exento de numerosas historias y leyendas:
Cuenta la leyenda un joven pastor de la zona llamado Felipe se enamoró perdidamente de una joven portuguesa del vecino pueblo de Bruçó. Cada día pastoreando sus cabras veía a la joven muchacha del otro lado del río, su amor se veía truncado por el precipicio que separaba a los enamorados. Felipe, poniendo en riesgo su propia vida intento cruzar en repetidas ocasiones la frontera natural que los separaba, pero fue imposible. Hasta el llegaron los futuros planes de la familia de ella, pretendían desposarla. Felipe, desesperado corrió hasta el borde del precipicio y comenzó a picar la roca para que esta cayera y formase un puente natural que le permitiese cruzar el río y reunirse con su amada, pero del joven Felipe nunca se supo más. Dicen que si estamos atentos aún se pueden escuchar los golpes de Felipe sobre la roca en su afán de reunirse con su amada.

Esta leyenda tendríamos que datarla antes de 1840, ya que en ese año se puso en marcha una barcaza perteneciente a la aduana de Aldeadávila de la Ribera, con la que el joven Felipe podría haber salvado el río para encontrarse con su amada.
En la actualidad, es costumbre depositar en el Picón de Felipe una hoja verde o una flor para romper simbólicamente con este aislamiento amoroso entre España y Portugal.
Más allá de las leyendas el mirador del picón de Felipe es uno de los lugares más espectaculares del parque natural de las Arribes del Duero. En su parte central las rocas graníticas o cachones caen en vertical 500 metros sobre el río, hoy en calma debido a su embalsamiento, hasta hace apenas 50 años se trataba de un río veloz, salvaje y fiero, que se hacía paso a través del duro granito.
A lo largo de casi 100 kilómetros el río Duero ha ido formando los cañones o arribes con el trascurso de los años a su paso por las provincias de Zamora y Salamanca configurando esta paisaje tan singular. La acción erosiva de las aguas sobre el sustrato granítico ha determinado un profundo encajamiento de los valles y modelado laderas escarpadas que en algunos casos se convierten en paredes casi verticales.

¿Cómo llegar al mirador del Picón de Felipe?
El mirador del Picón de Felipe se encuentra en el municipio de Aldeadávila de la Ribera al oeste de la provincia de Salamanca, a 100 km aproximadamente de la capital (mas o menos una hora y media en coche).
Una vez llegamos al pueblo seguimos las señales que indican «Mirador del Picón de Felipe» y «Merendero- Llanos de la Bodega». Este último, será nuestro punto de partida de la ruta.
Es una sencilla ruta de 2 kilómetros, ida y vuelta, que parte del parking del merendero de los Llanos de la Bodega. La ruta no tiene perdida, una senda que nos dirige hasta el Picón de Felipe un conjunto de varios miradores naturales donde deleitarse con las distintas panorámicas de los cañones. Aunque es una ruta sencilla hay que tener en cuenta que el tramo final se encuentra en una zona rocosa y para acceder a los miradores hay que caminar entre las rocas y tener precaución en los distintos desniveles.
Los «balcones» están protegidos con barandillas por lo que si no tienes miedo puedes asomarte literalmente al vacío.
Una vez aquí el tiempo se detiene observado el río, el vuelo de los buitres, e intentando escuchar entre el silencio que reina, los golpes de Felipe.
Nosotros elegimos la ruta mas sencilla para llegar hasta aquí, pero también se puede llegar en una interesante ruta de 11 km desde Aldeadavila de la Ribera por la Senda del Duero.

🚶♂️Distancia: Ruta ida y vuelta de 2 kilómetros.
🗻Desnivel:75Metros
✅Nivel de dificultad: Baja
⌚Duración: 1 Hora
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