No hace falta irse muy lejos para descubrir lugares espectaculares, a veces los tenemos al lado de casa y no reparamos en ello, después de esta miniexcursion por la provincia de Zamora estamos mas convencidos de ello.
Zamora era para nosotros, una de las provincias desconocidas, una provincia por la que siempre hemos pasado y nunca habíamos parado, y aunque sea una provincia pequeña os descubriremos una parte de su gran riqueza histórica, cultural, vitivinícola y gastronómica, imposible hacerlo en un intervalo de tiempo tan pequeño como una hora ;).
Empezamos el día en Toro, una localidad a 33 km de Zamora, declarada de interés turístico y conjunto monumental histórico-artístico, dar un paseo matutino por sus antiguas calles bien merece el madrugón, nos encontramos con un rico patrimonio artístico: numerosas iglesias, monasterios, palacios y casas señoriales.
Madrugar también permite encontrarte con esa esencia tan característica de los pueblos, hacer «recados», sentarte a tomar el sol y que te miren y susurren «a estos no los conozco yo, serán forasteros!», somos muy fan de los pueblos!!
Encontrar la calle principal no es complicado, es una calle peatonal que comienza en el Arco del Reloj, llama la atención las tiendas y bares y termina al llegar a la colegiata de Santa Maria la Mayor, sede de las Edades del Hombre en 2016, merece la pena una visita ya que en su interior destaca la “Portada de la Majestad” del siglo XIII, esculpida en piedra, que conserva su policromía original, característica que la hace única.
Un paseo por el mirador del espolón desde la Colegiata hasta el Alcázar, disfrutando del unas vistas espectaculares del Duero y su vega.
Continuamos el paseo hasta el Arco de Santa Catalina, donde se encuentra el Toro verraco celtibérico que dio nombre a la ciudad. Ten cuidado que durante el paseo te sentirás atraído por el olor de los diferentes obradores de pan, no podrás resistir entrar, pero después del paseo bien nos hemos merecido un dulce para reponer fuerzas jeje.
Vamos a ser sinceros, que por lo que conocemos Toro no es por sus monumentos, que también, pero hasta aquí llegamos para visitar una de sus bodegas y degustar sus famosos vinos D.O. Nos cuentan que no se sabe que fue primero si el vino o Toro… Vamos a descubrirlo!
Visitamos la bodega Monte la Reina, situada en una finca histórica muy cerca de Toro, se encuentra en la N122 Toro – Zamora, a medida que nos acercamos divisamos en lo alto su castillo, pensamos que ya estamos cerca pero cuidado que la entrada no esta señalizada, es como si entraras en una finca privada, que realmente lo es, si vas con ayuda del GPS no lo señaliza como punto de entrada, por lo que es muy fácil pasarse, si te ocurre no te preocupes mas adelante hay una gasolinera donde puedes dar la vuelta y si le preguntas al amable «gasolinero» te indicara donde esta! yo creo que ya esta acostumbrado, pobre!!
Una vez en el camino y dentro de la finca nos encontramos con una alta estructura que nos da la bienvenida a la bodega, tras subir una empedrada cuesta llegamos! Nos encontramos con un bonito edificio de colores terreos que se mimetiza con el entorno, y desde lo alto hay unas vistas espectaculares de la finca, de los viñedos y del paisaje.
¿A que os recuerda la entrada a la bodega? con esta pregunta nos recibe María, nuestra guía, después de escuchar respuestas de lo mas variadas, nos revela que es una cámara de fotos, cuyo objetivo es un gran ventanal, se ideo así para captar las espectaculares vistas del paisaje que la rodea. Al final si te lo cuentan encuentras el parecido ;).
Desde el punto de vista arquitectónico esta diseñada al detalle por el arquitecto Jesús Juarez, esta construida con materiales presentes en la naturaleza, reforzando la idea de integrar la arquitectura con su entorno. Desde el exterior la fachada esta salpicada de pequeñas ventanas, una vez dentro vemos que los cristales tintados captan la luz exterior y representan el proceso de maduración del vino.
Nos encanta descubrir la historia que hay detrás de cada bodega que visitamos y como elaboran su tesoro mas preciado.
Si eres un apasionado de la enologia y te animas a elaborar tu propio vino, en la bodega aceptan inquilinos, es decir, alquilan sus instalaciones para que puedas desarrollar todo el proceso, desde los depósitos de fermentación hasta las barricas.
Terminamos la visita con una cata de dos vinos y una amena y distendida conversación, donde compartimos experiencias y disfrutamos de esa calidez humana de nuestra tierra que tanto echamos de menos.
Ctra. Toro-Zamora Km 436.7
Tlf.: +34 980 059 980 // +34 980 059 966
Es hora de continuar el viaje hasta Zamora, llegamos a «la hora de vermú», esa costumbre española de la ya hemos hablado en otras ocasiones y que tanto nos gusta los fines de semana y no!! no podíamos perdérnosla.
Después de callejear un poco nos damos cuenta que a Zamora también ha llegado la revolución culinaria, donde han cambiado las aceitunas, tapa gratuita por excelencia que siempre acompañaba al vermú, por elaboradas tapas en miniatura, no tan baratas.
Nos encontramos con una terraza con mesas de madera, de esas que tanto nos gustan, la bici verde (Plaza Sta. Eulalia, 2, Zamora) es el lugar elegido para disfrutar de este momento de relax, un pequeño bar con una decoración original. Después nos enteramos que es el nuevo local de moda de Zamora y razones no le faltan.
Es un lugar para tapear, pequeño, con una decoración vintage y demasiadas bicis. La carta es amplia y original, aunque predominan las tapas frías y embutidos zamoranos, nos decantamos por un par de tostas de pan zamorano que nos abrieron el apetito y nos hubiera gustado repetir o continuar de tapas, pero la cocina tradicional zamorana nos esperaba.
Para comer y coger fuerzas para la intensa tarde turística que nos espera, reservamos en Liberten Restaurante (Calle Puerta Nueva, 2 Zamora, Tel. 980536664) su propuesta gastronómica esta basada en platos tradicionales zamoranos que combinan con platos de temporada y modernas propuestas. La carta es una referencia a ingredientes tradicionales autóctonos y de calidad.
Nos llama la atención de la carta el uso de pescados y mariscos, nos resulta raro que en la meseta haya tanto pescado, de hecho el «bacalao a la tranca» y el «pulpo o la trucha la sanabresa» son platos de referencia en el amplio recetario zamorano. Investigando descubrimos que se debe a las buenas relaciones establecidas en la antigüedad y constante contacto que mantienen con Portugal y Galicia, convirtiéndose en referencias culinarias zamoranas.
Empezamos con una ensalada templada de chipirón y langostinos y croquetas de vieira, las conchas no se comen!!
Elegir el plato principal era mas complicado, a la entrada del restaurante te incitaban a probar el rabo de toro estofado, plato estrella de la casa y que ha recibido varios premios. No, no pude resistirlo, había que probarlo!!
Nunca habíamos probado el rabo de toro, por lo que no sabíamos si nos iba a gustar o no, pero hay que probar cosas diferentes, y la verdad que nos encanto, cocinado a fuego lento, sin prisas, tierno, sabroso… Buena elección!!
El otro plato elegido fue Picaña de Wagyu a la brasa, la picaña no es un nuevo tipo de carne de vacuno que hayamos inventado en la cocina moderna, si no, un corte típico brasileño de la parte trasera de la res. Ciertamente la carne se deshacía en nuestra boca.
Las carnes estuvieron acompañadas por un vino crianza de Toro, consiguiendo un baile equilibrado de sabores en nuestro paladar.
No podían faltar los dulces, milhojas de nata y coulant de chocolate, aunque postres de elaboración sencilla, su sabor no estaba eclipsado con ese ingrediente que parece que se le pone a todo para que sepa bien, «el azúcar».
Y después de esta degustación gastronómica, que mejor forma de ayudar a hacer la digestión que un ameno paseo descubriendo los rincones de Zamora que os contamos aquí
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Un comentario sobre "Toro – Zamora en una hora"