Habíamos leído sobre la recuperación del Prieto Picudo en León, una variedad autóctona de uva que solo se da en una zona determinada de León, así que emprendimos un nuevo viaje cuyo destino esta vez sería el Páramo Leones, para descubrir que tiene de especial esta uva.
El nombre prieto picudo proviene de “negro” “preto”, es una uva tinta y también a lo apretado del racimo y “picudo” por la particular forma ovalada de la baya, que termina en pico.Otra característica es la vid, las cepas tradicionales tienen la cabeza enterrada y las ramas extendidas por el suelo.
Esta uva, al ser tan compacta es muy adecuada para la elaboración de vinos de fermentación carbónica, esta fermentación se da en uvas que poseen un racimo muy compacto, con lo que la fermentación de los azúcares en alcohol se inicia en microreacciones que se efectúan dentro de cada uva en el momento de la recogida. El resultado es un sabor muy característico.
A medida que atravesamos los campos de viñedos y nos acercamos a las poblaciones llama la atención el gran número de montículos de tierra arcillosa que tienen puertas y chimeneas, ¿Qué son? Son las antiguas bodegas, cuevas excavadas en la tierra que se utilizaban para almacenar la uva y prensarla.
Actualmente muchas de estas cuevas han sido reconvertidas en restaurantes manteniendo la estructura y esencia original, son como museos que albergan la maquinaria utilizada en el pasado para elaborar el vino.
Decidimos hacer una parada en Valdevimbre, donde las bodegas tienen más de 300 años de historia, para descansar, reponer fuerzas y vivir la experiencia de comer en una cueva(también denominadas bodegas).
Elegimos la Cueva San Simón, ya que varias personas nos lo habían recomendado, ciertamente fue todo un acierto.
La entrada a la cueva es estrecha y no te imaginas lo que te vas a encontrar al traspasarla, amplitud, pasadizos que conducen a diferentes salones, una iluminación cuidada que aporta un ambiente cálido y acogedor, cantidad de rincones decorados con el encanto del pasado, la parrilla abierta da indicios del producto autóctono de la tierra leonesa que nos espera.
Nosotros comimos en la parte inferior de la cueva, las mesas tienen una separación adecuada con lo que tienes sensación de intimidad.
Al mirar la carta es difícil decidirse, puedes elegir entre diferentes entrantes, raciones, tortillas, ensaladas, pescados y una gran variedad de carnes a la brasa. Una carta compuesta en su inmensa mayoría por productos y platos tradicionales Leoneses. Para resolver nuestras dudas pedimos recomendaciones sobre diferentes platos y la cantidad.
Aunque uno de los platos más recomendados es la tortilla guisada, decidimos dejarla para la próxima visita, y al final nos decantamos por pedir unos entrantes para compartir y un plato principal:
Como entrantes para compartir:
- Tosta de pan con cecina, queso añejo y aceite de pistachos
- Revuelto de trucha ahumada, espárragos y langostinos
Como plato principal pedimos dos tipos de carne a la parrilla:
- Pluma ibérica acompañada de pimientos asados y patatas
- Entrecot acompañado de ensalada, patatas gajo y pimientos asados. Hecho al punto y muy jugoso.
Todo ello regado con un vino de la D.O. Tierras de León
Y de postre:
- Peras al vino tinto
- Mousse de chocolate
y en la sobremesa no podía faltar el café de puchero, nos encanta!
La cueva de San Simón es el lugar perfecto para degustar la cocina tradicional leonesa regada con un buen vino Prieto Picudo.
Es una bodega acogedora y con encanto. Salimos con la sensación de haber retrocedido en el tiempo para comer verdadera cocina tradicional.
La atención fue muy agradable y cercana, la comida con productos frescos y locales, la cantidad adecuada y el precio ajustado 35-40 € por persona. La experiencia merece la pena, fue una grata sorpresa!
No podíamos irnos de Valdevimbre, cuna del Prieto Picudo, sin realizar una visita a una de sus bodegas, en concreto visitamos Los Palomares, para rellenar nuestra vinoteca con “Impresiones”, un vino que nos encanta, perfecto para tomarlo con el aperitivo en casa mientras cocinamos, uno de nuestros pequeños placeres de la vida. También visitamos la bodega Tampesta para añadir en este caso un vino tinto llamado Golán de 2009, que es perfecto para combinar con carnes a la brasa.
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