La ruta de los miradores se encuentra en el valle de Sabero y os llevaremos por un viaje entre el turismo natural del presente y la industrialización minera y siderúrgica del pasado.

La localidad de Sabero se encuentra 62 km de la ciudad de León, concretamente en la montaña de Riaño en el noreste de la provincia de León.
Nuestra ruta comienza en la plaza de San Blas de Sabero, donde también esta situado el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León(MSM), un lugar que merece la pena visitar por su alto valor histórico ya que fue la primera ferrería en emplear altos hornos alimentados con carbón mineral en España .
De camino hacia el inicio del sendero situado en el barrio de los Valles, podremos observar caseríos vascos reflejo del pasado minero de la localidad.
Una vez superada la cancela de entrada al sendero principal de nuestra ruta, nos adentramos en un bosque de hayas y robles que nos llevarán al primer punto de interés de la ruta, la Fuente Llaneces. Es un punto estratégico para refrescarse a la vuelta de la ruta (recordar es agua no tratada) y el punto desde donde partiremos hacia el paraje de las ruedonas que os comentaremos al final de este artículo.

Aproximadamente a 2 kilómetros del comienzo, se inicia una ascensión en zig zag hacia el «Mirador del Castro«, denominado así por la existencia de un antiguo castro defensivo que según los expertos puede datar de más de 2000 años de antigüedad. El esfuerzo de la subida al mirador es recompensado gratamente con las vistas del valle de Sabero, desde donde podemos contemplar el serpenteo del río Esla a su paso por el valle, el macizo del Pico Moro (1.801m), la Peña Rionda (1.833m) o Peñacorada (1.834 m), también tenemos una visión privilegiada desde las alturas del lavadero de Vegamediana, que fue el punto neurálgico del esplendor que vivió el valle de Sabero a finales del siglo XIX y mediados del siglo XX con la extracción de la hulla.

Continuamos el sendero balizado con colores blanco y amarillo hacia nuestro siguiente destino el «Mirador de Vegamediana«. Al llegar a este segundo mirador podemos ver con amplio detalle los usos que tenían los diferentes edificios del lavadero de Vegamediana, dependencias cuyo uso era exclusivo de los trabajadores que se encargaban de la transformación de la Hulla en Cok (lavaderos, hornos, enfriadores, secaderos, talleres eléctricos y de carpintería…) y por otro lado podemos ver las dependencias que usaban las familias de los trabajadores del lavadero en su día a día (viviendas, escuela, enfermería, economato, cantina, comedor…).
Este lugar llegó a tener categoría de pueblo, ya que convivían en él algo más de un centenar de personas de los 700 trabajadores con los que la mina llegó a contar. Aunque nos pueda dar la apariencia de que contaban con dependencias y servicios cómodos para esos años, la realidad en Vegamediana era bien distinta, tenían que convivir con una incesante nube de polvo de carbón que impedía el paso de la luz del sol y les generaba problemas pulmonares, si a eso le añadimos el hacinamiento de las viviendas, la cercanía de los hornos o las constantes heladas invernales que sufre el valle, sin duda alguna las condiciones de los mineros y sus familias eran bastante duras. Todavía estas sensaciones las podemos palpar desde el mirador, aunque en la actualidad la naturaleza va poco a poco haciéndose paso entre los restos de las edificaciones que aún se mantienen en pie.

Seguimos la senda en dirección sur, para encaminarnos hacia nuestro tercer objetivo el «Mirador de Vegabarrio«, este mirador se encuentra ubicado en un bloque de hormigón y fue la base de una torreta de la línea de baldes, se encargaba del transporte del escombro que salía del lavadero de Vegamediana y que más adelante veremos como una gran montaña artificial.
En este punto podemos ver los restos de varias balsas de decantación que se utilizaban para depurar el agua de la mina. También podemos observar por donde discurría el ferrocarril encargado de transportar el mineral hacia Cistierna, donde el ferrocarril enlazaba con la línea del famoso «Tren Hullero» que discurría desde la Robla hasta Valmaseda, de este modo los altos hornos de Bilbao podían tener un suministro constante de carbón.

Para llegar al último mirador tomamos la senda que parte del margen derecho del Mirador de Vegabarrio, de esta forma bordeamos la montaña formada por el escombro saliente de Vegamediana y que la naturaleza poco a poco va colonizando para mimetizarla como una montaña más del valle ante nuestros ojos.
En este punto la senda toma una pendiente pronunciada de bajada, os pedimos precaución, sobre todo en los meses en los que la humedad en la senda es más persistente. Una vez hayamos llegado a la base de la escombrera, debemos tomar el sendero que veremos a nuestra izquierda, será fácil reconocerlo ya que pasaremos por restos de cables que servían de guía y soporte de los baldes de escombro.
Ahora subimos por una senda con bastante pendiente, al final de la misma podemos observar una torreta metálica, esta será nuestro objetivo final. Al llegar a la cima, lo primero que nos pide el cuerpo es recuperar el aliento, luego nos disponemos a disfrutar de la maravillosa vista de la cuenca minera desde el «Mirador de Retorno«, su nombre alude a la estructura sobre la que nos encontramos. La doble línea servía como retorno de los baldes que transportaban el escombro.
Desde el mirador, podemos tener una visión panorámica en 360 del pasado minero (lavadero, escombrera, etc…), de Peñacorada, de la vega de Cistierna y en definitiva del entorno natural que tenemos frente a nuestros ojos.

Después de tomarnos un tentempié para reponer fuerzas, reanudamos la marcha por la senda que tenemos a la vista situada en la parte Oeste del mirador, cruzamos una alambrera que actúa como límite vecinal y tomamos el camino de la derecha que tiene una pendiente pronunciada. Siguiendo esta senda tendremos una vista de la escombrera por su parte posterior y llegaremos a un panel indicativo que nos mostrará la subida al castillo de Aquilare. En nuestro caso decidimos no desviarnos, ya que hay que dejar cosas para la próxima visita, pero si te ves con fuerzas, te animamos que descubras este lugar.
A partir de este panel indicativo seguimos la senda de regreso hasta la fuente Llaneces. Es hora de refrescarnos y comer algo en su área recreativa, vamos a dirigirnos al Paraje de las Ruedonas.

En la fuente nos encontramos con el panel indicativo hacia dicho paraje, tomamos el sendero que esta a la derecha de la fuente y en medio kilómetro de subida llegamos a él. «Las Ruedonas» son unas poleas de hierro con forma circular de considerable tamaño, de ahí el nombre del paraje. Estas poleas eran las encargadas de subir y bajar las vagonetas de carbón por el plano inclinado hasta el barrio de los Valles que es el punto final de nuestra ruta.
Lugares para comer:
Lugares para visitar:
La minería y las centrales térmicas son parte del pasado, que ayudaron a muchas familias en su subsistencia y consiguieron desarrollar el valle de Sabero, pero hoy toca desarrollar el valle de otra forma y es mediante el turismo natural. Es por ello que te animamos a cada vez que visites la Montaña Leonesa recuerda comprar en negocios y restaurantes locales con ello ayudarás a dar oportunidades a las nuevas generaciones y a la conservación del espacio natural.
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Está genial el blog !!!!!!. Me encanta que se promocione León, que tenemos lugares preciosos.
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Muchas gracias por tu comentario, ¿Cómo no vamos a promocionar, una de las regiones con mayor riqueza cultural y gastronómica de este pais?
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