¿Te atreves a explorar un lugar donde la naturaleza cobra vida y las leyendas susurran entre los árboles? El Señorío de Bertiz no es solo un parque natural; es un mundo aparte, repleto de aventuras, misterios y belleza natural.
Tanto por la naturaleza que alberga como por su historia es un lugar singular y razones no le faltan ya que fue el primer Parque Natural declarado de Navarra además de estar dentro de la red de espacios protegidos de la Comunidad Foral.
El Legado del Señorío de Bertiz
Comencemos por el principio y hagamos un salto al siglo XIV. En aquel entonces, el territorio del parque natural pertenecía a la familia Bértiz. Pedro Miguel Bértiz, el cabeza de familia, fue nombrado Merino de las Montañas (algo así como un juez con mucha jurisdicción) en 1392 por el rey Carlos III de Navarra. ¡Imagínate, un juez en medio de la naturaleza!
Durante 5 siglos el Señorío de Bertiz cambió de manos en varias ocasiones hasta que en 1898 es comprado por Don Pedro Ciga y su esposa Dª Dorotea Fernandez por la imponente cantidad en aquella época de seiscientas cincuenta mil pesetas. La familia Ciga hizo diversas reformas arquitectónicas y ornamentales, reconstruyó el antiguo palacio, construyó el puente de acceso actual y dio forma al Jardín, ampliando el antiguo Jardinzar, además lo dotó de fuentes, estanques, pérgolas y cenadores con claras influencias románticas y modernistas. También generó la pista de acceso al monte Aizkolegi en cuya cima construyó una segunda residencia, desafortunadamente hoy en desuso.
Finalmente, en 1949 la familia Ciga donó el Señorío de Bertiz a la Comunidad Foral de Navarra. Pero no fue una donación cualquiera, ellos pusieron una condición: el lugar debía conservarse tal cual y utilizarse exclusivamente para fines recreativos, educativos y científicos. Y así es como el Señorío de Bértiz se convirtió en el hermoso parque natural que conocemos hoy.
Senderos del Señorío de Bertiz
Para los amantes del trekking y la naturaleza el Señorío de Bertiz cuenta con una red de siete senderos, cada uno con su propio color y nombre, que nos llevan a descubrir los rincones más impresionantes de este parque natural. Ya sea que busquemos una aventura de largas horas por el bosque o simplemente un paseo refrescante por la naturaleza, en Bertiz encontramos la ruta perfecta.
Si preferimos un paseo tranquilo, el sendero naranja, conocido como “Erreparatzea”, es una opción ideal. Este camino, de poco más de 700 metros, discurre a lo largo de la orilla del Bidasoa, entre la entrada principal del parque y el palacio de Reparacea. Es un terreno llano que se puede completar en menos de media hora, perfecto para una escapada rápida a la naturaleza.
Si nos va la aventura, el sendero verde, o “Aizkolegi”, es un desafío que vale la pena. Este sendero os llevará a la cima del monte Aizkolegi, a 830 metros sobre el nivel del mar, donde encontramos las ruinas del palacete de verano que Dorotea y Pedro construyeron. Desde aquí disfrutamos de las mejores vistas de los bosques que conforman el Parque Natural de Bertiz. Para llegar a esta preciosa ubicación, hay que recorrer unos 11 km de pista forestal con un desnivel acumulado de 680 metros (22 km en total).
Sea cual sea el que elijamos, paseando por sus senderos nos adentraremos en su denso y colorido bosque donde la naturaleza y la leyenda se funden. Las hayas y robles centenarios que son el hogar de jabalíes tímidos y corzos ágiles, mientras que, en las copas, el canto de las aves como el pito real y el trepador azul llenan el aire con melodías silvestres.
Y hablando de pájaros, tenemos que estar atentos al canto de los pájaros. El Parque Natural de Bertiz es el único lugar de España donde se pueden observar las siete especies de pájaro carpintero que habitan la península. Hay que tener el oído muy fino para identificarlos!
Pero si escuchamos más atentamente, podemos oír el eco de las lamias, las sirenas de río que recorren las aguas cantando y peinando sus cabellos con peines de oro. Según la leyenda, su tarea era la de proteger los bosques del Valle de Bertizarana.
Y si nos adentramos aún más en el bosque, podemos sentir la presencia del Basajaun, el señor del bosque. Este ser mítico, alto y robusto, es conocido por su gran sabiduría y por ser el protector de los animales y las plantas del bosque. Al caer la noche, su figura se desvanece entre los árboles, dejando solo el susurro del viento como prueba de su existencia.
Así es el Señorío de Bertiz, un lugar donde cada árbol, cada piedra y cada criatura tiene una historia que contar. Un lugar donde la realidad se entrelaza con la fantasía, creando un tapiz de maravillas naturales y mitos ancestrales que esperan ser descubiertos. Nos espera una experiencia inolvidable. ¡A calzarse las botas y a disfrutar de la aventura!
poner imagen del mapa sacarla de https://www.parquedebertiz.es/informacion-es/equipamientos/senderos-es.html
Jardín botánico del Señorío de Bertiz
Si te ha fascinado toda naturaleza que atesora el Señorío de Bertiz, todavía nos queda por descubrir la joya de este parque natural, el jardín botánico, que cuenta con más de un siglo de historia, creado con pasión y dedicación por un jardinero francés en 1847 bajo la atenta supervisión de Don Pedro Ciga. Este jardín se ha convertido en un verdadero santuario de biodiverdidad en Navarra, siendo un mosaico de vida donde conviven más de 100 especies de árboles de todos los rincones del mundo.
Dentro del jardín botánico del Señorío de Bertiz encontramos bambúes orientales, secuoyas americanas, araucarias sudamericanas, y cipreses calvos. La belleza de las camelias, cedros libaneses, hortensias y nenúfares se suma a la majestuosidad del lugar, creando un paisaje de ensueño que invita a la contemplación y al descanso
Una red de senderos serpentea a través de las cuatro hectáreas del jardín sumergiéndonos en la belleza inusitada del lugar. El sonido del agua de los estanques, cruzados por puentes de piedra de principios del siglo XX, nos acompaña en este paseo entre especies exóticas.
Puedes consultar los horarios y los precios en la web oficial del Señorío de Bertiz
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